La obra de Klibansky examina la relación entre una cosa y su esencia, entre lo que vemos y lo que implica una imagen. La sensación de equilibrio precario que se puede encontrar en sus pinturas y esculturas recientes revela cuán tristemente distópica puede ser una imagen que, a primera vista, parece felizmente utópica. Revela, por tanto, cómo la utopía y la distopía pueden coexistir dentro de la misma imagen.

Klibansky se adentra en el territorio de la fenomenología y revisa cuestiones relacionadas con la percepción que han fascinado a filósofos e historiadores del arte y han captado igualmente la atención de los artistas. En sus pinturas recientes, Klibansky yuxtapone la arquitectura con fragmentos de paisajes urbanos y naturales, la mayoría de los cuales fueron fotografiados por el propio artista durante sus viajes. Mariposas, pájaros, ninfas y destellos impresionistas se mezclan con imágenes proyectadas en pantallas gigantes, señales de tráfico y automóviles centelleantes. Aunque nada puede reflejar la realidad de manera más efectiva que una fotografía tomada para recordar un lugar en el que uno ha estado, para decir la verdad Klibansky se aprovecha de una mentira.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES